
Trump se reúne con los demócratas para intentar evitar el cierre del gobierno

El presidente Donald Trump recibe este lunes en la Casa Blanca a los líderes republicanos y demócratas del Congreso para intentar desbloquear las negociaciones presupuestarias ante un inminente cierre administrativo del gobierno de Estados Unidos.
Si antes de la medianoche del martes el Congreso no aprueba un proyecto de ley para financiar las operaciones federales, el gobierno cerrará parcialmente y Washington se sumirá en una nueva ronda de crisis política.
Un cierre administrativo, conocido como "shutdown", implica el cese de operaciones no esenciales. Cientos de miles de empleados públicos quedarán temporalmente sin sueldo y se interrumpirá el pago de muchos prestaciones sociales.
Estas parálisis por falta de presupuesto son muy impopulares en Estados Unidos, y tanto demócratas como republicanos intentan evitarlas, y se culpan mutuamente si se producen.
Pero cuando faltan solo 36 horas para que venza el plazo, ambas partes afianzan su postura y la amenaza de un cierre aumenta.
La Casa Blanca ha amenazado con despedir a un gran número de funcionarios, en lugar de la práctica habitual de simplemente retener sus sueldos hasta que se alcance un acuerdo.
Los republicanos han propuesto extender el financiamiento actual hasta finales de noviembre, y debatir hasta entonces los asuntos de fondo.
Pero los demócratas, prácticamente sin poder y afectados por el desmantelamiento de departamentos gubernamentales enteros por parte de Trump, buscan aprovechar la situación.
- Una oportunidad para los demócratas -
El proyecto de extensión del gasto público hasta finales de noviembre ya fue aprobado por los republicanos en la Cámara de Representantes, donde cuentan con una estrecha mayoría.
Para la aprobación definitiva en el Senado, sin embargo, necesitan ocho votos. Además de siete demócratas, ahora deben convencer a uno de sus propios legisladores, el senador Rand Paul, de tendencia ultraliberal, que se declara dispuesto a votar en contra por considerar que el proyecto actual mantiene demasiados gastos de la época del presidente demócrata Joe Biden (2021-2025).
Para los demócratas, es una posibilidad para intentar restablecer programas enteros, en particular en el campo de la sanidad pública, para hogares de bajos ingresos.
Pero Trump ya proclamó su victoria en julio, cuando el Congreso aprobó con justeza su "gran, hermosa" ley presupuestaria, y considera que no debe dar marcha atrás ni un ápice.
El líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Mike Johnson, acusa a los demócratas de querer reinstaurar en total 1,5 billones de dólares en gasto sanitario, y asegura que parte de ese dinero permitiría el acceso a sanidad pública de inmigrantes ilegales.
- "De buena fe" -
Johnson dijo a Fox News el domingo que Trump estaba "abierto a la discusión" y "quiere operar de buena fe" en la Casa Blanca.
Además de Johnson, a la reunión con Trump están convocados el líder de la mayoría en el Senado, el republicano John Thune, y los demócratas Chuck Schumer y Hakeem Jeffries.
Schumer, el líder de la minoría en el Senado, calificó la reunión como un primer paso y dijo a NBC News el domingo que era necesaria una "negociación seria".
Jeffries, por su parte, dijo a ABC News que espera encontrar "terreno común" con los republicanos sobre financiamiento que "realmente satisfaga las necesidades del pueblo estadounidense en términos de su salud, su seguridad y su bienestar económico".
Los demócratas confían en que al defender la reinstauración de gasto sanitario, recuperarán crédito ante el electorado.
Aunque Trump y los republicanos no gozan de gran popularidad en los sondeos, los demócratas se encuentran en una peor posición, con poco más del 30% de aprobación, según distintos sondeos.
"No nos intimidarán", proclamó Jeffries.
El Congreso bloqueado regularmente enfrenta plazos para acordar planes de financiamiento. En marzo, con la amenaza de un cierre ya latente, los republicanos se negaron a dialogar con los demócratas sobre recortes presupuestarios masivos y el despido de miles de empleados federales.
En esa ocasión, 10 senadores demócratas, incluyendo a Schumer, votaron a regañadientes por esa medida republicana de emergencia para evitar un cierre.
Pero su decisión enfureció a la base del partido, que pide a los líderes demócratas que enfrenten a Trump.
J.Seguin--PS