
"Vivimos con los muertos": cuando los desplazados de Gaza se refugian en un cementerio

En un cementerio del sur de la Franja de Gaza, tres niños juegan con arena entre las tumbas. Al igual que ellos, decenas de gazatíes desplazados por los incesantes bombardeos israelíes colocaron sus tiendas en este cementerio de Jan Yunis.
"No teníamos otra opción, pues (los propietarios de las tierras) piden sumas muy elevadas", dice Randa Musleh a la AFP desde el interior de su tienda, mientras bebe té con varios de sus 11 hijos.
Musleh dice que un pequeño pedazo de terreno de apenas 50 m2 puede ser alquilado por el equivalente de 300 dólares mensuales, una suma astronómica para la mayoría de los habitantes del territorio palestino, devastado por cerca de dos años de guerra entre Israel y el movimiento islamista Hamás.
Esta madre de familia huyó a Jan Yunis con sus niños cuando las operaciones militares israelíes se intensificaron cerca de su casa de Beit Hanun, en el norte de la Franja de Gaza.
"Caminé y caminé hasta que encontré un terreno para mis hijos en un lugar habitable (...) La gente nos dijo que aquí no teníamos que pagar, entre el desierto y el cementerio".
"Instalamos entonces las tiendas y nos quedamos aquí", señaló.
A medida que el ejército israelí endurece su ofensiva en Ciudad de Gaza, el mayor núcleo urbano, cientos de miles huyeron hacia el sur buscando un lugar donde hospedarse.
El problema es que la zona ya está sobrepoblada.
- "No hay agua" -
El ejército israelí calculó el jueves que 700.000 personas dejaron Ciudad de Gaza, donde afirma quiere desmantelar las fuerzas que aun quedan del movimiento islamista Hamás en uno de sus últimos bastiones.
La oficina de Asuntos humanitarios de Naciones Unidas (Ocha) reportó una cifra sensiblemente inferior, y afirma que más de 388.000 palestinos huyeron del norte de la Franja hacia el sur desde mediados de agosto, la mayoría provenientes de Ciudad de Gaza.
La demanda creciente en materia de transporte y alojamiento hizo explotar los precios.
Según datos de la ONU, las familias pueden desembolsar más de 3.000 dólares para el transporte, una tienda y un terreno. Muchos no tienen los recursos y se ven obligados a viajar a pie, instalando sus carpas ahí donde hallen lugar.
Las condiciones de vida son a veces desastrosas.
"No hay agua aquí, y mis niños deben caminar unos cuatro kilómetros para buscar cuatro litros de agua", dice Musleh. "Y nosotros estamos en el desierto, donde hay escorpiones y serpientes", añade.
La cercanía de las tumbas incrementa la angustia de las familias.
"Estamos en medio del cementerio y no hay ninguna señal de vida", dice Umm Muhammad Abu Shahla, que huyó de la ciudad de Beit Lahia, también en el norte.
"Que nos bombardeen con un misil nuclear en toda la Franja de Gaza para que podamos reposar en paz, ya que vivimos con los muertos y nuestra situación se ha vuelto parecida a la de los muertos".
E.Roger--PS