
El gobierno de Francia, en la cuerda floja

El gobierno del centrista François Bayrou afronta en Francia dos semanas de agonía antes de la moción de confianza del 8 de septiembre, en la que defenderá un plan de recorte presupuestario que la oposición promete tumbar con la vista puesta en una disolución de la Asamblea Nacional.
Por pedido de Bayrou, el presidente Emmanuel Macron convocará una sesión parlamentaria extraordinaria el 8 de septiembre. El primer ministro, en el cargo desde diciembre y en minoría, solicitará la confianza de la cámara baja a una declaración de política general.
Su objetivo es obtener en primer lugar el respaldo a su plan de ahorro presupuestario de casi 44.000 millones de euros, con el que empezar a atajar el elevado déficit de Francia (5,8% del PIB en 2024), y en un segundo tiempo, negociar las medidas de recorte.
Pero el rechazo de los partidos de oposición significa que las posibilidades del gobierno de sobrevivir a esa moción son ahora mismo mínimas.
Tanto la ultraderechista Agrupación Nacional como La Francia Insumisa (izquierda radical), los ecologistas y los comunistas anunciaron rápidamente que votarían en contra.
El equipo del primer ministro esperaba alcanzar un compromiso con los socialistas, pero su líder, Olivier Faure, no tardó en aguar las esperanzas de Bayrou. "Los socialistas votarán contra la confianza", dijo.
"Estamos dando la batalla, como parte de un trabajo de persuasión, para lograr esa mayoría el 8 de septiembre", declaró a la radio France Inter el ministro de Economía, Eric Lombard.
Ante el rechazo al tijeretazo presupuestario defendido por Bayrou, el titular de Economía reconoció que "evidentemente hay un margen de negociación sobre el reparto de la carga" de ese recorte de 44.000 millones de euros.
La eventual caída del gobierno ahondaría la inestabilidad política crónica imperante desde que Macron decidió disolver la Asamblea Nacional en junio de 2024. Los comicios legislativos celebrados a continuación arrojaron una cámara dividida en tres bloques: izquierda, macronista y conservadores aliados, y extrema derecha.
- "Peligro inmediato" -
Prueba de la febrilidad, las acciones de los bancos, que posen enormes volúmenes de deuda pública francesa, caían en la Bolsa de París este martes.
La deuda del país asciende a un 114% del PIB, y es la tercera más elevada de la zona euro después de Grecia e Italia.
En su rueda de prensa este lunes, Bayrou afirmó que el país debe "hacer frente" al "peligro inmediato" del "sobreendeudamiento".
"Ha querido provocar un shock en la población y el sistema político francés para obligarlos a afrontar la gravedad de la crisis de la deuda que atraviesa el país. Pero tal vez lo único que ha conseguido cambiar es la fecha de su propia ejecución", indicó a AFP el analista Mujtaba Rahman, director para Europa de Eurasia Group.
Al presentar su plan a mitad de julio, Bayrou propuso reducir el número de funcionarios, congelar las pensiones y prestaciones sociales en 2026, hacer pagar a los más ricos una "contribución de solidaridad", y suprimir dos días feriados, el lunes de Pascua y el 8 de mayo, cuando se celebra la victoria sobre la Alemania nazi. Una idea esta última a la que se opone un 84% de franceses, según una encuesta del instituto Odoxa publicada el fin de semana.
El objetivo del primer ministro es reducir el déficit público al 4,6% del PIB en 2026, si saliera adelante el ajuste propuesto, y lograr en 2029 un 2,8% de déficit, por debajo del límite fijado por las reglas europeas.
El otro gran objetivo de este recorte es crear espacio fiscal para incrementar el gasto militar, obedeciendo al compromiso adoptado por Francia en el seno de la OTAN.
- Escenarios diversos -
Del lado de la extrema derecha, su líder Marine Le Pen ha reiterado su deseo de que se disuelva la Asamblea Nacional y se convoquen elecciones. Un escenario que Macron ha dicho querer evitar.
"La disolución le cuesta caro a Francia, por supuesto, pero no hay que descartar esa hipótesis", admitió en el canal France 2 el ministro de Justicia, Gérald Darmanin.
En la izquierda, tanto socialistas como ecologistas dicen estar "listos" para tomar el relevo si cae el gobierno de François Bayrou.
Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa, fue más lejos. Habló de "crisis de régimen", y afirmó que Macron, a quien le queda algo más de un año y medio de mandato presidencial, "debe marcharse".
Dos días después de la fecha elegida para la moción de confianza se ha convocado por medio de redes sociales un llamamiento a "paralizar Francia", que cuenta con el apoyo de la izquierda.
Los sindicatos se muestran tibios, aunque están pensando en la forma de participar en esa movilización, y algunas federaciones de la CGT anunciaron que participarán.
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A.Dupont--PS